En general sabemos que el sueño sirve para que nuestro cuerpo se recupere del esfuerzo que realizamos en los períodos de vigilia previos a dormir y se prepare para el siguiente para el funcionamiento de nuestro siguiente período despiertos.
Se sabe que nuestra la reciente de sueño de un individuo tiene un impacto importante en su funcionamiento; por ejemplo reducir el sueño a menos de 6 horas por noche durante 4 o más noches consecutivas afecta negativamente el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo; produce trastornos en el metabolismo de la glucosa, la regulación del apetito y la función inmune. Por lo tanto, la recomendación general para prevenir cualquiera de estos trastornos es de 8 horas diarias.
Hablando de deportistas, se sabe que un período de sueño adecuado es un componente esencial en la preparación y recuperación de entrenamientos y competencias.
Falta de sueño:
Se considera que la falta de sueño debe de ser mayor a 30 horas continuas para tener un impacto en el rendimiento anaeróbico de un deportista de alto rendimiento; mientras que el rendimiento aeróbico se afecta después de 24 horas. Hablando de rendimiento, os esfuerzo sostenidos y repetidos se ven más afectados que un solo esfuerzo al máximo. Sin embargo, al evaluar otros factores como estados de confusión, vigor, fatiga y estado de ánimo general, la afectación negativa por falta de sueño se presenta siempre.
Privación parcial de sueño:
Existe evidencia que indica que después de dos noches de privación parcial del sueño las actividades sub-máximas prolongadas pueden afectarse más que los esfuerzos máximos, particularmente después de las primeras dos noches de sueño “incompleto”. La funciones motoras gruesas como fuerza muscular, potencia pulmonar y resistencia tienen menor afectación que aquellas que funciones que se basan en rapidez de reacción, funciones cognitivas y estado de ánimo.
Aumento de sueño:
Un pequeño número de estudios sugieren que aumentar la cantidad de sueño (mas de 10 horas) de un atleta puede mejorar su rendimiento significativamente.
Siestas:
Los atletas que sufren algún grado de falta de sueño pueden beneficiarse de una siesta breve, particularmente si deben completar alguna sesión de entrenamiento en la tarde o en la noche. Las siestas pueden reducir notablemente la somnolencia y pueden ser beneficiosas cuando se aprenden habilidades, estrategias o tácticas en sujetos con falta de sueño. Tomar siestas puede ser beneficioso para los atletas que rutinariamente deben levantarse temprano para entrenar o competir y para los atletas que no duermen lo suficiente.
Podemos concluir que además de la alimentación y el entrenamiento, los deportistas deben tener buenos hábitos de sueño que les ayuden a explotar al máximo su rendimiento deportivo.
Con información de:
Sports Science Exchange (2013) Vol. 26, No. 113, 1-4